Cuando tenía 5 años, Haakon Oellerking tenía un problema. Un gran problema. Tenía un sueño: ser agricultor. El único problema: sus padres no eran agricultores. Vivían en la ciudad de Kiel, sin ninguna granja a la vista. Así que, ¿qué hace un chico de la ciudad? Se enfada con sus padres. Lógico. ¿Y después? Estudia agricultura y realiza su sueño igualmente. Haakon Oellerking encontró su camino. Nunca se arrepiente. Lo mejor de su profesión para él: no pasar cada día en una fábrica o una oficina, sino en la naturaleza. Sol, aire o viento; ningún trabajo te permite experimentar la naturaleza de forma tan directa. Para él, se trata de una gratificación muy especial.