Vuelco y Quebrado

El vuelco se define como el desplazamiento permanente de las plantas de su postura vertical. Consideramos que una planta está volcada cuando la misma se encuentra desplazada a más de 30° desde su posición vertical hacia el suelo (Ver figura 1). En maíz, las pérdidas de rendimiento de grano asociadas al vuelco varían entre 5% a 20% alrededor del mundo (Flint-Garcia et al., 2003).

El riesgo de vuelco es afectado por muchos factores como:

• Genotipo.
• Prácticas de manejo: densidad de siembra, espaciamiento entre hileras, riego y nutrición (Kratochvil and Taylor, 2005; van Heerden et al.,2015).
• Condiciones ambientales: velocidad del viento, altas temperaturas, lluvias excesivas y baja radiación solar (Zuber y Loesch, 1966)

Existen técnicas que utilizan los semilleros de maíz que permiten predecir vuelco y quebrado y que constituyen herramientas útiles para registrar información en el fenotipado de un programa de mejoramiento.

• Prueba de empuje o “push test”: es una técnica manual que se utiliza para predecir plantas con alta probabilidad de volcarse o quebrarse
• Sensor “DARLING” (“Device for Assessing Resistance to Lodging in Grains”): es un sensor que registra la fuerza ejercida para provocar la rotura del tallo.
• Resistencia vertical a la tracción de la raíz (RVTR): resistencia vertical soportada por la raíz hasta descalzarse. El cociente entre la biomasa aérea y la RVTR es considerado un buen predictor de la susceptibilidad al vuelco.

Consideraciones clave:

• Inspección visual de la parcela o lote, en lo posible hacer vuelos con un drone para identificar áreas con diferente magnitud del síntoma o si el problema responde a algún tipo de patrón.

• Generar estaciones de muestreo en las áreas afectadas o en el caso de ser un lote donde el problema se manifiesta de manera homogénea, procurar que el muestreo sea representativo de toda la superficie (según, un mínimo de 10 estaciones por lote de 100 hectáreas).
  Conteo: en cada estación de muestreo se debe contabilizar el porcentaje de plantas afectadas, como la cantidad de plantas con vuelco y/o quebrado cada 100 plantas.

Determinación del agente causal:a. Problemas edáficos (utilización de pala, penetrómetro y/o tosquero) para identificar posibles compactaciones, visualizar el desarrollo radicular y la humedad del suelo.

b. Consultar cómo se manifestó el clima: presencia de lluvias y vientos (dirección y magnitud).

c. Registrar todo tipo de labores practicadas al cultivo, principalmente aplicaciones de herbicidas. Muchas situaciones de vuelco se asocian a aplicaciones de herbicidas hormonales por fuera de los estados fenológicos recomendados.

d. Ingreso de animales al lote (vacas, caballos, chanchos).

e. Daños por peludos.

f. Corroborar si se relaciona con algún tipo de agente patógeno (Ver figura 5).

No siempre la presencia de hongos en el tallo es indicador de que sea el agente causal del problema. Como ejemplo, Fusarium, un hongo que convive en simbiosis con la planta en la mayoría de los lotes de producción, se vuelve patógeno cuando se produce un desbalance de carbohidratos en la planta (i.e., un desbalance en la relación fuente/ destino) y se ve desprovisto de azúcares para su desarrollo.

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