Momento de Picado en años con estrés hídrico y estrés térmico

Durante fines del otoño, primavera e inicio del verano de la campaña 2020/21, la disponibilidad hídrica, recurso crítico para la producción de cualquier cultivo, fue escasa. Si bien esta situación de estrés se distribuye de manera heterogénea en las regiones productoras de maíz de la Argentina, el pronóstico de año “Niña a Niña Leve”, se presentó y consolidó. Las escasas precipitaciones sumado a los vientos y baja humedad, manifestó un escenario que preocupa a muchos productores, principalmente para aquellos que apostaron a las fechas de siembra tempranas, donde el PC y primera parte del llenado, está sucediendo en condiciones adversas de alta demanda atmosférica. En algunas regiones del país se le suman altas temperaturas que agravan estas condiciones.

Una de las consideraciones más importantes debe ser definir el momento óptimo de picado del cultivo, para cosechar de forma balanceada la mayor cantidad de grano con una calidad y cantidad de fibra adecuada.

La calidad de la planta entera del maíz se reduce hacia la madurez como consecuencia de un incremento en el contenido de la pared celular, aumentando el porcentaje de lignina dentro de ella, esto disminuye la digestibilidad, siendo compensado dicho efecto por el almidón aportado por los granos.

Para ello se debe atrasar el picado lo suficiente para que el grano cumpla su llenado, sin entrar en el período de senescencia foliar y consecuente pérdida de calidad. Cuando el grano está en ½ línea de leche, el período de llenado alcanzó el 95% pudiendo variar levemente según el híbrido. El 100% del llenado se alcanza cuando se encuentra en 2/3 de línea de leche, y solo le resta “perder” agua (Figura 1).

En años secos, la planta comienza a removilizar sus hojas inferiores ante la falta de agua y en casos extremos presenta escaldado de sus hojas superiores (mayormente expuestas a la radiación) situación que se agrava en años con temperaturas extremas. Por lo tanto, dicha pérdida de “calidad” de la planta se da por demanda atmosférica y no por su lógica senescencia. En estos casos el monitoreo del cultivo es clave a la hora de decidir.

1. Monitoreo del porcentaje de MS de la planta completa en conjunto a determinaciones de estadío fenológico como es el indicador Línea de Leche.

2. Priorizar orden de picado de los lotes en función de su Ventana de Picado y Ciclo de los distintos híbridos.

3. Estar pendiente de los pronósticos de precipitaciones, temperatura y humedad, para estimar el estado de los cultivos a futuro.

4. Manejar la altura de corte (Figura 2):

• En cultivos picados prematuramente: elevar altura de corte a 35-40 cm (base de la planta se acumula la mayor cantidad de agua y disminuiríamos el % de FDN del picado). b. En cultivos maduros: bajar la altura de corte a 15 cm (agregamos mayor humedad para una buena fermentación)
• En cultivos maduros: bajar la altura de corte a 15 cm (agregamos mayor humedad para una buena fermentación).

5. Utilizar Inoculantes de segunda generación (con bacterias homofermentativas y heterofermentativas, principalmente Lactobacillus buchneri) con el fin de lograr estabilizar el silo en menor tiempo, mejor conservación y mayor estabilidad aerobica a la hora de la apertura y el suministro.

6. Tamaño de picado: Si vamos a picar con contenidos de MS por debajo de 33% tenemos que agrandar el tamaño de picado (arriba de 20 mm) y en caso contrario si él % MS está por arriba de 42% disminuir el tamaño de picado (por debajo de 15mm).

7. En casos extremos donde el cultivo no va a generar espiga, con más de un 70% de agua, se podría evaluar la posibilidad de realizar un corte con una segadora acondicionadora. Seguido de un preoreo, buscando alcanzar un 35% de MS, para luego recolectar con picadora con cabezal pick-up.

8. Realizar análisis de los silajes

9. Consultar a su asesor técnico más cercano.