La seguridad alimentaria mundial implica producir de manera social y ambientalmente sustentable, y nivelar la oferta con la creciente demanda de alimentos (Godfray et al., 2010). Esta demanda está impulsada por diversos factores productivos, demográficos y sociales. Las estimaciones indican que la superficie destinada a la agricultura no solo no aumentará, sino que hasta podría disminuir. Por lo tanto, se espera que los aumentos en producción estén basados en mejoras de los rendimientos por hectárea (OCDE/FAO, 2013).
En diversos cultivos, el aumento de los rendimientos a lo largo de los años se ha logrado, en parte, por un aumento de los rendimientos potenciales. Los rendimientos potenciales son aquellos que se logran cuando un cultivar crece en un ambiente al cual está adaptado, sin limitaciones de agua y nutrientes, y libre de malezas, insectos y patógenos (Evans y Fisher, 1999). El mejoramiento genético aumentó los rendimientos potenciales incrementando la capacidad de fijar granos de los cultivos (Eyhérabide et al., 1994; Andrade et al., 1996, Otegui y Slafer 2000; Echarte 2006). Sin embargo, los rendimientos también aumentaron como consecuencia de un mejor desempeño de los materiales actuales en ambientes marginales o de mayor estrés, aumentado la estabilidad de los rendimientos (Duvick, 1997; Rusell 1984; Tollenaar y Lee 2000; Duvick, 2005). Esto es de particular relevancia en el cultivo de maíz.
Además de la genética, las prácticas de manejo fueron y son fundamentales para aumentar los rendimientos de los cultivos. Entre las prácticas más relevantes, la definición de la densidad de plantas que permita aprovechar al máximo los recursos, la mejor fecha de siembra para la combinación de la región y el año particular, y la elección del híbrido es de gran importancia en el cultivo de maíz. Actualmente no es claro cómo interactúan estas tres variables de manejo y es en este marco que la caracterización de los híbridos reviste importancia para su correcto posicionamiento.
Desde el año 2005 KWS tiene en Argentina un programa de mejoramiento genético propio. Hace unos años, se lanzó el segundo programa orientado a las siembras tardías. En este Manejo de densidad en maíz para siembras desde septiembre a enero Comunicado técnico Federico Larrosa (KWS) Brenda L. Gambin (IICAR-CONICET) marco, el equipo de Desarrollo de Producto ha implementado un sistema de evaulaciones de híbridos experimentales y pre-comerciales para conocer el mejor posicionamiento (fecha de siembra, densidad, etc) para cada uno de ellos. En este artículo se presenta el encuadre teórico que sustentan la investigación y un primer avance del análisis realizado en conjunto con GIMUCE de la UNR de los datos obtenidos para la zona núcleo. Para obtener el análisis completo de densidad y fecha de siembra para cada una de las zonas analizadas les recomendamos entrar en www.KWS.com.ar o a través de nuestra red de distribuidores.