Evaluación y toma de decisión para el control de enfermedades foliares

Se producen epifitias cuando grandes cantidades de inóculo de patógenos de crecimiento vigoroso y reproducción rápida se ponen en contacto con hospedantes susceptibles. El primer requisito para iniciar el desarrollo de una enfermedad es que el inóculo (esporas, masas de micelio, células bacterianas o partículas virales) se ponga en contacto con la superficie de un hospedante adecuado.

Una vez en contacto con la superficie del hospedante y siempre que las condiciones ambientales sean favorables, el inóculo entra en la fase llamada germinación, durante este período el patógeno es más vulnerable a las condicio?nes adversas del ambiente (Imagen 1).

Las condiciones ambientales favorables son un requisito esencial para que se desarrolle una epifitia; con una importancia fundamental en la humedad y la temperatura. (Stubbs et al. 1986). En Argentina la diversidad de ambientes en donde actualmente se cultiva maíz y la ampliación de la fecha de siembra, entre otros factores, han creado un corredor verde donde se desarrolla el cultivo prácticamente todo el año calendario. Todos los años con diferentes niveles de severidad según las condiciones climáticas, el material genético sembrado y los biotipos de los patógenos presentes se pueden observar enfermedades (De Rossi et al. 2016).

Los hongos patógenos son unos de los organismos más dañinos, ya que disminuyen el rendimiento de los cereales que atacan. Entre estos los géneros Puccinia (royas), Ustilago (carbones desnudos), Tilletia (carbones cubiertos), Erysiphe (mohos polvorientos), Septoria, Alternaria, Helminthosporium, Fusarium y Pythium son los más comunes, ocurren con regularidad y son potencialmente los más peligrosos del mundo. (Stubbs et al. 1986). El cambio de escenario productivo para el cultivo de maíz en Argentina genera una variación en la presión de algunas enfermedades foliares como la roya común (Puccinia sorghi) y el tizón foliar (Exserohilum turcicum).

La comprensión de las interacciones del patógeno y hospedante nos ha permitido desarrollar un amplio conjunto de medidas y estrategias para el control de enfermedades específicas. Cuando hablamos de “control” de las enfermedades, no tenemos que eliminar una enfermedad; solamente necesitamos reducir su progreso y mantener el desarrollo bajo un nivel aceptable pensando desde el punto de vista de manejar la enfermedad. Y considerar a las enfermedades como dinámicas, es decir, cambiando en la incidencia y severidad de la enfermedad en el tiempo y espacio (Arneson, P.A. 2001).

La estrategia más importante y de mayor impacto comienza por la selección del híbrido. No solo basándonos en la cantidad de enfermedad que tolera sino también en el aspecto cualitativo de esa tolerancia. Por ejemplo, conocemos el perfil sanitario de los materiales a sembrar sabiendo su susceptibilidad a determinada enfermedad, pero debemos conocer otros aspectos cualitativos.

En 2015 bajo el marco del programa RESANO junto al Laboratorio de Fitopatología de la Universidad Católica de Córdoba, analizamos la producción de conidios de Exserohilum turcicum sobre lesiones en diferentes materiales (Gráfico 1), constatando un comportamiento diferencial entre híbridos independiente de la susceptibilidad, determinando una producción diferencial de conidios que posteriormente reducen la intensidad de infecciones secundarias

En el marco de generar herramientas para el manejo de las enfermedades KWS Argentina desde 2015 está trabajando con un programa de mejoramiento exclusivo y un equipo de Agroservice dedicado a detectar híbridos con comportamiento destacado para las enfermedades más importantes de los ambientes de siembra tardía. El mejoramiento genético y posicionamiento nos permiten seleccionar, durante varias campañas previas a la comercialización de los híbridos, aquellos Cuadro 1: Momentos recomendados para el monitoreo de cada enfermedad presente en el cultivo de maíz, para el análisis de estrategias de manejo. Desde el punto de vista práctico del manejo de las enfermedades mantener sanas a las plantas la mayor cantidad de tiempo posible es lo ideal para obtener la menor pérdida de rendimiento por enfermedades.

El objetivo de este comunicado es colaborar para que la toma de decisiones durante el ciclo del cultivo pueda realizarse teniendo en cuenta todos los factores, y sus interacciones, que participan del triángulo de la enfermedad. Por ejemplo, orientando el monitoreo, para decidir si se debe controlar o no una enfermedad, contemplando el estado general y fenológico del cultivo, los pronósticos futuros y la presencia del patógeno. Así mientras más información conozcamos más simple y eficiente será la toma de decisión.

¿Qué es el tizón común?

El tizón causado por Exserohilum turcicum, hongo necrotrófico y policíclico, es considerado actualmente la principal preocupación sanitaria de los maíces de fecha de siembra tardía, ya que el desarrollo del cultivo transcurre bajo condiciones climáticas propicias para su desarrollo. (De Rossi et al. 2017). Con presencia de rastrojo en superficie, con riego por aspersión (Formento, 2001) o frecuentes e intensas precipitaciones durante los meses estivales (Formento, 2010). Estas condiciones son principalmente períodos prolongados de mojado foliar (>10 h) y temperaturas moderadas a altas (17-28 ºC) (Munkvold & White, 2016). Bajo condiciones de alta humedad (> a 90 %) y temperaturas de 20 a 32 °C, el patógeno esporula fácilmente sobre las lesiones foliares, produciendo una masa de esporas de coloración verde-oliva a negro, confiriendo un aspecto aterciopelado a la lesión las espigas de las plantas severamente afectadas son más pequeñas.

Al momento de evaluar, utilizar la escala de 0 a 9 (0 = sin presencia de síntomas, 9 = 90-100% del área foliar afectada por síntomas) (Cuadro 2).

Analizando el desarrollo de la enfermedad, las condiciones climáticas de los próximos siete a diez días y la susceptibilidad de los materiales, los momentos para toma de decisión son:

■ Si en etapas vegetativas tempranas (hasta V10 – V12) se observan síntomas se deberá estar atento ya que el cultivo posee inóculo activo y condiciones para la infección. Pero las condiciones favorables para la enfermedad pueden discontinuarse e interrumpir el avance de la enfermedad.

■ Si en la evaluación en V10 se observan un grado promedio superior a tres (3) en las últimas tres hojas desplegadas y síntomas en todo el tercio inferior. Analizar la posibilidad de la aplicación de fungicidas sabiendo que todavía nuestras hojas objetivo (TM) no se encuentran desarrolladas. Esta aplicación es para evitar el avance y controlar el ciclo de la enfermedad. Deberá evaluarse la eficiencia del tratamiento para evitar o analizar una segunda aplicación.

■ Si en la evaluación en VT/R1 se observan un grado tres (3) de promedio en el tercio medio, presencia de enfermedad en el tercio inferior o superior, analizar la posibilidad de la aplicación de fungicidas.

El cultivo de maíz se encuentra expuesto todas las campañas a la presión de enfermedades, algunas comunes y otras emergentes, debido a la interacción de los componentes del triángulo de la enfermedad y a las practicas agronómicas utilizadas.

■ Cada región productiva posee un ambiente particular que permite la predominancia de una o algunas de las enfermedades que pueden afectar el cultivo.

■ El clima es un factor predominante en el desarrollo de las enfermedades, siendo cambiante campaña a campaña; de esta forma los organismos patógenos mediante diferentes mecanismos se adaptan a esa variación, desarrollando en muchos casos habilidades para aumentar su agresividad, sobrevivir a las condiciones desfavorables o en algunos casos perder esas mismas capacidades. Al momento de monitorear tenemos que contemplar y enfocarnos en la interacción dinámica entre los tres factores que componen el triángulo de la enfermedad para obtener controles óptimos.

■ Sobre el hibrido: fenología, estado general, expectativa de rinde, índice ambiental de la zona, tolerancia al patógeno, duración del ciclo completo, duración de las diferentes fases, etc.

■ Sobre el ambiente: pronósticos a corto y mediano plazo, precipitaciones próximas, temperaturas máximas y mínimas, etc.

■ Sobre el patógeno: condiciones propicias para la pro?ducción de esporas, condiciones para la germinación y penetración de estas, periodos de latencia, comportamiento policíclico o monocíclico, duración de los ciclos, condiciones limitantes para su desarrollo, biotrófico o necrotrófico, etc.

Cuando el ambiente es conducente y la tolerancia de los materiales se supera nos quedan muchas herramientas agro?nómicas para el manejo de las enfermedades como el uso de fungicidas.

■ El uso de umbrales es una referencia sobre la estimación de daño que en general toleran los cultivos, pero debe com?plementarse con el pronóstico climático, las expectativas del lote y la posibilidad o capacidad de realizar algún manejo.

■ Para las enfermedades foliares, específicamente Roya y Tizón, debemos entender que nuestro objetivo es mantener sano los órganos que generan rendimiento el mayor tiempo posible. Por lo tanto, nuestro objetivo es evitar infecciones en el tercio medio y superior de la planta.

■ Como comunidad productora debemos ser extremada?mente cuidadosos con el uso de agroquímicos, utilizando las buenas prácticas en el manipuleo y el uso de estos.

■ Debemos ser responsables de la toma de decisión, para que esta no sea innecesaria ni su práctica afecte el desarrollo del resto de la comunidad